
Semana Santa con disautonomía: 10 consejos para cuidarte sin dejar de disfrutar

La Semana Santa es, para muchas personas, un momento de recogimiento, espiritualidad y conexión con la familia. Pero si vives con disautonomía, sabes que incluso estas celebraciones pueden convertirse en un reto para el cuerpo: más reuniones, cambios de rutina, comidas distintas, procesiones, calor/frío… todo suma.
Por eso, aquí te comparto 10 consejos pensados especialmente para ti, para que puedas vivir esta semana con más calma, regulación y disfrute —sin caer en la sobreexigencia ni terminar la semana más agotada que bendecida
1. Planifica tus días con anticipación: Evita sorpresas y sobrecarga: agenda actividades con tiempo y deja márgenes para descansar entre eventos o celebraciones.
2. ¡No negocies la hidratación!: Lleva tu botella contigo como si fuera tu mascota fiel. Si hace calor o estarás mucho tiempo en misa o reuniones familiares, añade electrolitos.
3. Cuida tus comidas: La Semana Santa está llena de platos deliciosos, pero algunos pueden ser muy pesados. Opta por porciones pequeñas, evita los excesos de azúcar o grasas, y no olvides tus snacks seguros.
4. No sientas culpa por descansar: Si necesitas acostarte un rato o saltarte una procesión o paseo, está bien. Tu cuerpo necesita pausas. No es flojera, es autorregulación.
5. Evita el calor/frío extremo: Las actividades al aire libre pueden ser desafiantes. Ve opciones de vestimenta en capas.
6. No te sobreexijas con caminatas o peregrinaciones: Aunque sean tradicionales, escucha tu cuerpo. Tal vez puedas hacer solo una parte del recorrido, o acompañar en auto. Estás acompañando igual.
7. Comunica tus necesidades: Explica a tu familia (con amor y sin culpa) que necesitas ciertos cuidados. Que te vean bien no significa que estés al 100%. Pedir ayuda no te hace débil, te hace sabia.
8. Celebra a tu manera: Tu forma de vivir la Semana Santa también es válida. Al igual que si no celebras estas fechas pero tu familia si, la comunicación es importante para que no te obliguen a celebrar si no es lo tuyo.
9. Viajes largos: Si te vas de viaje recuerda ir tomando paradas de vez en cuando para mover tu cuerpo si lo necesitas.
10. Encuentra espacios de regulación: Aprovecha momentos de tranquilidad para hacer respiración profunda, visualizaciones o incluso una mini meditación guiada. Aunque estés en casa de otros o en reuniones familiares, puedes encontrar tu centro en 3 minutos.
Regula tu sistema nervioso antes de que se desborde.

Semana Santa puede vivirse desde el autocuidado, la regulación y la ternura.
No estás aquí para forzar tu cuerpo, sino para habitarlo con presencia y compasión.
Te mereces una semana donde el cuerpo no sea enemigo, sino aliado.
Y eso empieza por escucharte y respetarte.